La empresa en el Día de Navarra

Ayer, día 3 de diciembre, celebramos el Día de Navarra, un buen momento para hacernos reflexionar y valorar la Navarra que con tanto esfuerzo y trabajo hemos construido entre todos. Sin duda, gran parte de lo que hoy somos y de cómo vivimos se lo debemos a multitud de empresarios, profesionales autónomos y buenos trabajadores que cada día logran que nuestra economía siga funcionando. 

Este es un artículo de homenaje, pero también de reivindicación de la figura empresarial, a menudo denostada y vilipendiada por aquellos que nunca han generado un empleo o se han puesto al timón de un proyecto de empresa. Hoy, toca reconocer a hombres y mujeres que cada día muestran su compromiso profesional, personal y social levantando sus proyectos empresariales, generando actividad económica y creando puestos de trabajo. Personas, muchas de ellas, desconocidas públicamente, pero indispensables para el desarrollo y el crecimiento de nuestra Comunidad. La realidad es que las micro, pequeñas y medianas empresas son las que, junto con los autónomos, configuran la mayor parte de nuestro tejido empresarial; tan solo el 7% de las empresas tienen más de 10 trabajadores.

Asimismo, es momento de recordar el legado de los que ya no están con nosotros y que contribuyeron con su visión, esfuerzo y actitud emprendedora a construir una Navarra industrial, avanzada y competitiva. De estos, podría mencionar a muchos, pero quiero destacar al empresario D. Félix Huarte, en las últimas semanas objeto de triste actualidad por la incomprensible propuesta del Gobierno de España de retirarle la medalla al Mérito del Trabajo. Desprestigiar sus logros empresariales como impulsor del cambio industrial de Navarra y promotor de importantes empresas que, en la actualidad, siguen aportando riqueza y mucho empleo en esta tierra, solo puede ser fruto de la ignorancia y la falta de criterio de algunos políticos. Desde CEN rechazamos enérgicamente esta decisión arbitraria y así se lo he comunicado personalmente a la ministra, Yolanda Díaz, para intentar evitar este ataque contra uno de nuestros grandes empresarios.

Y mientras que unos miran al pasado con objeto de confrontar y dividir a la sociedad, las empresas de Navarra, y sus personas, tienen que trabajar por el futuro haciendo frente a los múltiples desafíos de la coyuntura actual. Una situación caracterizada por las graves tensiones geopolíticas, la alta inflación, la desaceleración del crecimiento económico, la sostenibilidad de la deuda global, la montaña rusa de la economía china, la falta de definición de un sistema de pensiones que garantice su viabilidad y la ralentización del empleo privado. Ni más, ni menos.

En este contexto, acabamos de entrar en el mes de la aprobación de los presupuestos y de las medidas fiscales para 2023 por parte del Parlamento. Ya conocemos el contenido de los Proyectos de Ley que, a nuestro juicio, relegan cuestiones muy importantes de cara a conformar una Navarra sostenible y próspera económica y socialmente a medio y largo plazo.

Echamos en falta una definición clara y sólida del modelo de Navarra que queremos, tanto para nosotros como para las futuras generaciones. No nos engañemos; sin empresas, ni personas que emprendan nuevos proyectos, que muevan inversión, empleo e innovación, no se sostiene el sistema público (sanitario, social, educativo, etc) del que disfrutamos. Y los datos no son positivos. En los últimos doce años se han reducido el número de empresas en la Comunidad foral en más de un 16% (datos del Observatorio Empresarial de Navarra) y según “Dun & Bradstreet” (líder mundial en información económica y financiera), durante 2022 hasta septiembre, más de 100 compañías con sede en Navarra han cambiado su ubicación a otros territorios, siendo la segunda comunidad de España con mayor saldo negativo, tras Cataluña.

Es momento de apostar por esta tierra con visión, estrategia e inversión con la creación de empresas y crecimiento de las existentes, como principal objetivo económico. Por parte del empresariado navarro, pedimos una reflexión general sobre el papel de la fiscalidad en Navarra, evitando sucesivas subidas de impuestos “a la carta”, como la del patrimonio este año, siendo el más alto de España y de Europa. Es difícil entender cuál es el fin último de que en lugar de tener un sistema equilibrado y previsible que evite la fuga de contribuyentes e incentive la atracción por residir fiscalmente en Navarra, como bien lo están haciendo algunas diputaciones de nuestro entorno, nos empeñemos en hacer todo lo contrario.

Para muchas de nuestras empresas, en esta situación de crisis, se deberían estructurar más ayudas que faciliten al máximo la liquidez y que estimulen las inversiones con sus consecuencias directas en el empleo. Asimismo, pedimos al Gobierno de Navarra que consiga agilizar la gestión de unos fondos, los “Next Generation”, concebidos, en gran parte, para impulsar la recuperación y el crecimiento económico y que, por tanto, deberían ser destinados a ello. 

Por último, para dar un paso adicional al frente, el empresariado necesita un marco de seguridad jurídica, estabilidad regulatoria y calidad de la norma, que incite la aventura empresarial, así como un clima social, público y político de apoyo al empresario. ¿Qué sería de la economía navarra si no contase con el motor del sector privado? ¿Y de la prosperidad de nuestra Comunidad? Es preocupante que cada vez abunden más los ataques y las campañas de desprestigio interesadas, con estereotipos nada acordes a la realidad de nuestro tejido empresarial, en lugar de destacar el papel de las empresas en el desarrollo económico y social.

Navarra será más fuerte con empresas competitivas, innovadoras y transformadoras. Por ello, tras la celebración del día de nuestra Comunidad, valoremos tanto el legado de nuestro pasado como a los que día a día contribuyen y mejoran nuestro presente y futuro. Gracias, a todos ellos, por MOVER Navarra.

Juan Miguel Sucunza, presidente de la Confederación Empresarial Navarra (CEN), artículo publicado en Diario de Navarra el 4 de diciembre de 2022.