El FMI considera “urgente” la ejecución de reformas estructurales
Según las proyecciones del FMI, el crecimiento mundial será este año del 3,3%, lo que supone una décima menos de crecimiento que el registrado el año pasado, aunque el crecimiento para 2016 será superior, del 3,8%. Mientras, se prevé un crecimiento de la economía española del 3,1% para 2015 (seis décimas más que en su anterior previsión) del 2,5% para el próximo año (cinco décimas más).
En su informe, el FMI advierte de la “desaceleración del crecimiento en los mercados emergentes”, aunque se ve contrarrestado por el “repunte gradual” en las economías avanzadas. En concreto, “los factores básicos que impulsan la aceleración paulatina de la actividad económica de las economías avanzadas (condiciones financieras favorables, una orientación más neutral de la política fiscal en la zona del euro, la caída de los precios de los combustibles y el afianzamiento de la confianza y las condiciones del mercado laboral) se mantienen intactos”, apunta este documento.
Sin embargo, en las economías de los mercados emergentes, “la desaceleración ininterrumpida del crecimiento refleja varios factores. Entre ellos, la caída de los precios de las materias primas y el empeoramiento de las condiciones financieras externas, los cuellos de botella estructurales, el reequilibramiento de China y las tensiones económicas relacionadas con factores geopolíticos”.
Riesgos a la baja: volatilidad de los mercados financieros
El FMI también advierte de algunos riesgos, “a la baja”, para la actividad económica internacional. Por ejemplo, entre los riesgos a corto plazo cabe mencionar la agudización de la volatilidad de los mercados financieros y los movimientos desestabilizantes de los precios de los activos; por otra parte, la caída del crecimiento del producto potencial sigue siendo un importante riesgo a mediano plazo tanto en las economías avanzados como en las de mercados emergentes. Por otra parte, la caída de los precios de las materias primas también plantea riesgos para las perspectivas de las economías en desarrollo de bajo ingreso tras muchos años de crecimiento vigoroso.
La institución también aporta una serie de recomendación para las economías avanzadas, a las que recuerda que “la política monetaria acomodaticia debería seguir respaldando la actividad económica y elevando la inflación hasta que llegue a su meta”. Por otra parte, también se señala que, en las economías con deuda pública elevada, el ritmo de consolidación fiscal tiene que encontrar un equilibrio justo entre la reducción de la deuda y la obstaculización de la actividad económica”.