CEN considera "continuistas" los Presupuestos Generales de Navarra y reclama mayores incentivos a la actividad empresarial
La Confederación de Empresarios de Navarra (CEN) considera los Presupuestos Generales de Navarra para 2020 “continuistas en la mayoría de sus partidas”, y lamenta que no se aumente la dotación presupuestaria real destinada al incentivo, la inversión y el desarrollo empresarial. Estas son algunas de las conclusiones expuestas por CEN en la última reunión del Consejo Económico y Social, convocado por el Gobierno de Navarra el pasado 27 de diciembre, y en el que se analizó el anteproyecto de Ley Foral de Presupuestos.
Reforma fiscal orientada a impulsar la inversión y la competitividad empresarial
En su análisis de la recaudación, CEN considera que la previsión del Ejecutivo navarro de un crecimiento de los ingresos tributarios del 3,3% parece razonable, pero advierte de que el cierre del 2019, sobredimensionado por imputaciones temporales, hace que la estimación del incremento de ingresos pueda estar por encima del 8%. En tal caso, la estimación sería desproporcionada e imprudente, condenando a las cuentas públicas a un exceso de gasto soportado en unas previsiones de ingresos difícilmente cumplibles, generando déficit en una época de desaceleración económica, con consecuencias graves e indeseables.
CEN también indica que deben llevarse a cabo reformas del sistema fiscal orientadas a impulsar la inversión y la competitividad del tejido empresarial de nuestra comunidad, con el objetivo de conseguir que, con una presión fiscal equivalente a la del resto del Estado, sea más atractiva y competitiva. Por ejemplo, se reclama una reforma que rebaje la fuerte presión tributaria que soportan las rentas del trabajo, las familias y el ahorro en materia de IRPF.
En cuanto al Impuesto de Sociedades, CEN también advierte del incremento de la presión fiscal que se ha llevado a cabo en los últimos años y recuerda que esta figura puede ser una magnífica herramienta para, además de recaudar, hacer política económica que atraiga empresas e inversiones y, en definitiva, conseguir de Navarra una posición más competitiva frente a otros territorios.
Por otra parte, la Confederación lamenta que, tal y como ha advertido reiteradamente, el Impuesto de Patrimonio, muy superior al del resto de comunidades, haya conllevado deslocalizaciones de empresas, con la consiguiente pérdida recaudatoria que esto significa. Sin embargo, CEN sí considera positiva la supresión de la tributación del patrimonio de las empresas familiares, aprobada por el Gobierno Foral gracias al gesto responsable de la oposición. Los empresarios también reclaman, en materia de Sucesiones y Donaciones, que se revierta la enorme subida que se produjo en 2018.
En definitiva, el sistema fiscal de Navarra supone una ventaja que hay que aprovechar como una gran oportunidad. Desde el equilibrio y los límites marcados en el Convenio Económico, la Comunidad Foral puede conformar su propio sistema tributario, especialmente en los impuestos directos, legislando con inteligencia para recaudar los recursos necesarios que financien unos servicios públicos de calidad, así como crear un ecosistema fiscal atractivo para las empresas, la inversión, el empleo y la atracción de talento.
Representantes de CEN en el Consejo Económico y Social: de izda. a dcha., Roberto Elizalde, Juan Antonio las Navas, Javier Troyas, José Antonio Olangua (vicepresidente), Carlos Fernández Valdivielso (secretario general) y José Antonio Sarría (presidente)
Una reforma del modelo para una Administración más eficiente
Sobre las partidas de gasto, la Confederación de Empresarios advierte de que no se observan grandes cambios, aunque sí se echan en falta dotaciones muy relevantes de cara al desarrollo futuro de Navarra, como el Tren de Alta Velocidad, infraestructura clave para el tejido empresarial, y que, sin embargo, no cuenta con ninguna partida presupuestaria en el Anteproyecto que avance en su diseño y construcción.
Del mismo modo, CEN también lamenta que las ayudas a la inversión se vuelvan a reducir ligeramente, e incluso desaparezcan las ayudas a las grandes empresas, con la cantidad presupuestada más baja de lo últimos dieciséis años. Lamentablemente, estos son recortes de una partida que está relacionada directamente con el impulso del desarrollo de la actividad empresarial de Navarra.
Por otra parte, un año más, la Confederación subraya el peso que tiene el capítulo de gasto de personal de la Administración en el anteproyecto, incrementándose por encima del 32% del total presupuestario. Según señala CEN, aumentar el gasto público no es una condición necesaria ni suficiente para mejorar la calidad de los servicios públicos. En cambio, un análisis cuidadoso de las tareas a realizar, una reforma del modelo organizativo, podrían elevar la eficiencia de los recursos, sin necesidad de aumentar la dotación. Esta es una gestión que las empresas realizan cotidianamente en su necesaria búsqueda constante de la competitividad, y que es también exigible a las Administraciones públicas.
En cambio, CEN sí valora positivamente la aparición de nuevas partidas presupuestarias, como las destinadas al proyecto de Polo de Innovación Digital, así como la definición de una nueva dirección general que se responsabilice en exclusiva de la Formación Profesional, con una mayor dotación presupuestaria para el fomento de este modelo educativo, de vital importancia en el tejido empresarial de Navarra.
En resumen, CEN expuso en su valoración en el Consejo Económico y Social que estos presupuestos no corrigen las necesidades de apoyo a las empresas en su innovación, su desarrollo y su atracción de talento. La Confederación de Empresarios de Navarra recuerda que solo apoyando la actividad empresarial y, por tanto, fomentando el crecimiento económico, se podrá generar mayor riqueza, disminuir el desempleo y, asimismo, poder destinar mayores recursos a servicios públicos y políticas sociales.