CEN reclama el desarrollo íntegro del proyecto del TAV y el impulso al Canal de Navarra
Desarrollo del TAV en su integridad, en los términos acordados
Resulta clave para nuestras empresas y trabajadores que la obra del TAV se desarrolle cuanto antes en los términos ya acordados con el Estado: línea de Alta Velocidad, con ancho internacional y doble vía para mercancías y pasajeros. La línea deberá conectarse con Zaragoza hasta la Y Vasca, pasando por Tudela (con parada en esta), Castejón y Pamplona, eliminando su bucle ferroviario.
Otras soluciones intermedias, como el conocido “tercer hilo”, no arreglan la precariedad de la única línea actualmente existente y nos dejaría en peor situación que el resto de España. Además, el proyecto ya está definido con el Estado, el cual se hará cargo de su coste, y desarrollado en parte, lo que representa una oportunidad única para Navarra.
Consideramos que el TAV aportará sin duda grandes ventajas al tejido empresarial y, en consecuencia, a sus trabajadores. Asimismo, conllevará un desarrollo logístico conectando Navarra al máximo nivel con el resto del territorio nacional y europeo.
CEN quiere expresar la necesidad de que Navarra no se quede atrás en la implantación de esta infraestructura, ya que es una región netamente exportadora que debe seguir liderando las ventas nacionales al exterior, siendo actualmente la primera comunidad por índice de cobertura comercial.
Del mismo modo, el desarrollo del TAV en Navarra se reflejará en una llegada de nuevas compañías e inversiones a nuestra comunidad, lo que redundará en beneficio tanto de las empresas como de los trabajadores.
Construcción de la segunda fase del Canal de Navarra
También se pide impulsar definitivamente la construcción de la segunda fase del Canal de Navarra, que permitirá poner en regadío hasta 20.000 nuevas hectáreas de terreno. Con esta segunda fase, se logrará optimizar la concesión que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) otorgó al Gobierno de Navarra en el año 2004 (340Hm3) obteniendo así el mayor rendimiento de la infraestructura con un consumo máximo de 6.400 m3 por hectárea para un total de 53.000 hectáreas de zona regable que se alcanzarían entre la primera fase (ya en explotación), su ampliación (en construcción) y esta segunda fase que reclamamos.
Gracias a ese máximo aprovechamiento del recurso hídrico se potenciará el crecimiento del sector agroalimentario, puesto que la garantía en el suministro de agua los 365 días del año facilita la diversidad de cultivos. De hecho, en la primera fase, hay más de cuarenta cultivos diferentes (tomate, guisante, bróculi, viña, espinaca, etc.).
Este hecho favorecerá la aparición de nuevas empresas, el crecimiento y la consolidación de las ya existentes generando empleo de calidad a través de la mejora de la competitividad en un sector que Navarra lidera. Por tanto, se trata, sin duda, de una infraestructura que será aprovechada por varias generaciones y que permitirá afianzar dicho liderazgo.